sábado, 27 de noviembre de 2010

RECUERDOS DEL ACCESO SUR Y DE LA AUTOPISTA GENERAL VELASQUEZ



Al mirar el ASS y la salida de la autopista a Tocornal, quiero agradecer a Ingelog, por esta tremenda experiencia de los trabajos en el ACCESO SUR A SANTIAGO, que significó una experiencia irrepetible, dura, con enfrentamientos, amenazas, pero jamás la sangre llegó al río y al final con la comunidad y las autoridades establecimos lazos de respeto, amistad y colaboración.



Y antes el Consorcio Zañartu Ingelog, nos introdujo en esto de las obras públicas y en particular con el eje General Velásquez, que integra a la Autopista Central.

Los ejecutivos de estas dos empresas saben de los tremendos esfuerzos que se hacen en materia territorial, para acercar posiciones con los vecinos que se sienten impactados por este tipo de megaproyectos.

Por eso al pasar por estas autopistas uno debe decir que estas carreteras son más que nudos viales, pasarelas, tag, enfierraduras, cemento, asfalto, porque hay viriles trabajadores en faenas a pleno sol y en crudos inviernos o vecinos reclamando en las distintas comunas por donde pasan estas rutas, exigiendo el respeto básica a su calidad de vida.



Cómo no recordar a nuestro primer jefe de Territorio, Víctor Serrano, con quien tantas veces luego de la labor a veces a altas temperaturas veraniegas, nos íbamos a tomar un mote con huesillos, allí junto al puente de gran envergadura o donde el famoso Rey del rubro.



También queda en la retina don Jaime Pinilla, que en General Velásquez primero y luego en el Acceso Sur, nos orientó con su sabiduría, energía, buen genio y su espíritu de tanquista, a superar todas las adversidades y angustias del momento.



Nos consta que la Inspección Fiscal, siempre dialogó, que non tenía atribuciones para aponerse a las protestas, y que por instrucción permanente del Ministerio de Obras Públicas, se potenció la negociación directa con los vecinos y sus dirigentes, y carabineros intervino con serenidad y solo detuvo a personas en un par de oportunidades, cuando ya el reclamo excedió los tiempos y un censenso mínimo, y la Intendencia Metropolitana dispuso proceder a ocupar la franja fiscal y a reiniciar las labores de inmediato, y proteger a quienes exponían sus vidas temerariamente.



Todos estos hechos son públicos y no enturbian la labor desempeñada por obreros y profesionales, y al final queda en claro que los mismos vecinos suscribieron protocolos y convenios, refrendados por los municipios y el MOP, donde se establecieron una serie de mejoras de bien público en las comunas respectivas.



El ejemplo más destacable de entendimiento entre autoridades y vecinos se dio en Villa san Alberto de La Pintana, donde la dirigente Vilma Espinoza, desde un principio sentó las bases de un concepto fundamental, inversión social en beneficio de la comunidad y lo que allí se construyó es un modelo replicable a cualquier obra pública del país y un orgullo para el MOP y para quienes negociaron allí.



Lo mismo ocurrió en La Platina, que de un basural se transformó en un hermoso parque, en lo que constituye en estos dios casos, jun ejemplo de CONSTRUCCIONES MARAVILLOSAS, al servicio de la gente, del pueblo, de los vecinos, de los pobladores, que deja de lado concepciones mezquinas, oportunistas y economicistas, para de verdad tener bienes permanentes que el estado y gobierno deberían replicar a lo largo de todas las obras públicas que se hacen en el país, como un concepto modernizador de lo que puede y debe hacer el MOP.